miércoles, 16 de julio de 2008

¡Luminosa Carahue!

El 15 de Julio de 2008 regresé a Carahue, después de que 10 días antes hiciera una visita a esa ciudad en un lluvioso día. Esta vez el tiempo atmosférico de este invierno sureño me acompañó plenamente durante toda la jornada. No perdiendo el tiempo me acerqué inmediatamente a la oficina del Registro Civil de la localidad, en donde tras una revisión de un antiguo libro índice pude encontrar la inscripción del fallecimiento de mi tío abuelo Carlos Aguilera, del que dejé solicitada una fotocopia legalizada que retiraría más tarde. Con ese antecedente dirigí mis pasos hacia el cementerio local a fin de poder , con la ayuda de la oficina de administración del camposanto, localizar la sepultura de este antiguo pariente, hermano de mi abuela paterna. Fue infructuoso, debido a que no existe registro de sepultaciones de antes del año 1968, y a pesar de los esfuerzos que se han hecho para tener un catastro de las personas que fueron sepultadas con anterioridad, muchas sepulturas no tienen una lápida que identifique al difunto. Sólo me quedó la posibilidad de recorrer una a una las sepulturas, lo que realicé sin muchas esperanzas y comprobando la existencia de sepulturas de vieja data sin información... Al menos sé que este antepasado vivió unos años y falleció en Carahue, en cuyo cementerio fue sepultado.

Aquí estoy, en el interior de sector antiguo del Cementerio de Carahue

Después de un par de horas regresé al Registro Civil a retirar el documento solicitado y aproveché la ocasión para revisar otro índice de defunciones, pero más antiguo que el que contenía la información de Carlos Aguilera. En aquel encontré la inscripción del fallecimiento de un hermano de Carlos, Domingo Aguilera Lagos. Como tenía dinero suficiente sólo para el costo del pasaje para regresar a mi domicilio, tomé nota del número de la inscripción y del año para pedir en otra oportunidad
una fotocopia desde la ciudad de Temuco.
Después de reposar y servirme un liviano "cocaví" en una banca de la plaza de armas, frente a la bonita parroquia "San Pablo", me dediqué a recorrer nuevamente el Barrio Estación, y, ésta vez con mejor tiempo, el camino que conduce a la localidad costera de Nehuentúe, en el que desde la distancia había apreciado un edificio alto con aspecto de antiguo.

Desde la escalinata que lleva al "primer piso" de la ciudad, se aprecian los edificios de la antigua estación ferroviaria de Carahue.

Ruinosas casas del antiguo Barrio Estación. La estación ferroviaria se ubica detrás de esas casas, en un nivel superior del terreno.

Pasé por el puente que cruza la desembocadura del río Damas en el río Imperial y concluí mi caminata en aquel edificio que resultó ser un Molino de trigo, una de las actividades que caracterizaron a la zona en el siglo diecinueve, juntamente con la explotación forestal. Regresé por la senda ya andada con el fin de cruzar el puente colgante sobre el río Imperial (ahora ya no es "tan" colgante, puesto que se le agregaron bases tubulares para mejor soportar el peso del actual tráfico vehicular). Tomé fotografías y disfruté del panorama...

Ingreso al puente sobre el río Imperial, visto desde Carahue.

Ingreso al puente, desde la ribera poniente del río Imperial. Se pueden apreciar el primer y segundo pisos de Carahue.

Esto fue mejor que estar sentado durante horas en mi trabajo habitual frente a la pantalla de un computador. Muy cansado de la caminata de varios kilómetros, con subidas y bajadas por los cerros de la ciudad, regresé más tarde a la plaza de la ciudad de Carahue en donde ya había un pequeño bus esperando pasajeros con destino a Temuco y lugares intermedios. Abordo del bus pude imaginar la travesía que realizaba hace muchos atrás el ferrocarril del ramal Temuco-Carahue, lo que no cuesta mucho debido que aún se pueden apreciar vestigios de la faja ferroviaria (sin rieles ni "durmientes") y un puente en el sector Lolocura, a unos 8 kilómetros al oriente de Carahue. En el lugar Boroa existió una estación de ferrocarriles de la que en forma rápida, desde la ventana del bus, pude observar que aún existe la plataforma de piedra y cemento en la que se encontraba el edificio de la estación.

A las 17:30 horas llegué a mi ciudad muy cansado, pero feliz y emocionado de toda la fructífera experiencia.
Carahue


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