"Chalaco" fue el caballo preferido y uno de los dos que en los años 1920 fueron de propiedad de mi abuelo José Acuña Navarrete. En el recuerdo de mi padre estaba también el nombre del compañero de Chalaco: el "Flor de cardo". En aquella época, mi abuelo y su familia - formada por mi abuela María y sus dos pequeños hijos: Hernán y Ramón - residían en la estación ferroviaria de Sagllúe, a unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Osorno. Mi padre rememoraba que mi abuelo, para ensillar a su querido caballar, sólo necesitaba llamar a Chalaco por su nombre para que éste se dirigiera al encuentro de su amo. El obediente animal era el que llevaba a mi abuelo a sus trámites en la ciudad de Osorno.
En honor a este querido caballo es que decidí tomar la opinión experta de don Juan Pedro Lamoliatte, abogado y jinete corralero de la ciudad de Temuco, a quien consulté acerca de su percepción o impresión personal que la causaba el ver la estampa de Chalaco en una imagen fotográfica que le presenté, la que conservo en mis archivos personales y en la que se observa a ese hermoso caballo montado por mi tío Hernán Acuña Aguilera. La fotografía original fue captada hacia fines de los años 1920 por mi abuelo José con su cámara fotográfica de cajón , de marca "Agfa", en un potrero ubicado en las cercanías de la estación Sagllúe. Gentilmente el señor Lamoliatte me expresó su opinión, señalándome que, aunque la perspectiva y la posición desde la que se obtuvo la fotografía no permiten apreciar mejores detalles, lo que hubiera dado una más acabada descripción del caballo, podía apreciar lo siguiente:
- Chalaco era un típico caballo de raza chilena: porte normal, de no mucha alzada (a lo sumo 1,40 metros a la "cruz"); de cabeza "acarnerada".
- Herraje en sus cuatro patas; de estado bueno y pelaje cuidado, lo que es un indicativo de las atenciones que se le prodigaban al animal.
- Al parecer, era un caballo de color mulato o colorado, lo que en la fotografía no se puede apreciar con nitidez.
En lo personal creo que el color de ese caballar era mulato, ya que pude averiguar que el nombre que le puso mi abuelo a su caballo preferido, puede haberse debido al apodo que recibían los habitantes naturales de El Callao (Lima, Perú), de piel más oscura.
Definitivamente, "Chalaco" era un caballo chileno de "tomo y lomo".
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