Siguiendo con mi reconocimiento de los lugares en los que, bajo de la dirección del joven ingeniero belga Gustave Verniory, se efectuaron las obras de construcción de la vía férrea entre Temuco y Pitrufquén, entre los meses de agosto del año 1895 y octubre de 1898, he visitado el tramo de vía férrea que hay entre un viaducto ubicado en el sector Licanco Grande hasta la Estación Metrenco.
Aunque he leído y vuelvo a leer las páginas del libro "Diez años Araucanía 1889-1899", no logro interpretar la información que Gustave Verniory señala en su bitácora. Sus indicaciones no concuerdan con la topografía actual, o ¿será que se equivocó al mencionar la toponimia?. En el mes de julio del año 1895, refiriéndose al proyecto del trazado ferroviario más allá del río Cautín, en Temuco, el ingeniero belga señala: "Hasta el río Boroa, donde deberá construirse un puente muy grande de albañilería, los terraplenes no serán muy complicados, pero al otro lado las dificultades van a comenzar. Allí, en el lugar llamado Quinquer habrá que hacer una larga y profunda zanja en un terreno muy duro, que exigirá el empleo de la pólvora, y en seguida un túnel de 200 metros de largo antes de llegar al río Quepe, que está a unos doce kilómetros de Temuco." La geografía del sector muestra que los únicos ríos existentes al sur de Temuco son el Cautín y el Quepe, por lo que entre ambos no existe otra corriente acuífera de importancia, como para ser nombrado 'río'. El río Boroa existe, pero en la actual comuna de Toltén, zona costera de la Araucanía, a más de 80 kilómetros de Temuco. No queda más que hacer conjeturas: Verniory se equivocó, y en vez al nombrar el río Cautín lo señaló como Boroa, o que el Boroa sea el actual río Quepe. En sus escritos del mes de septiembre de 1895 señala: "Instalamos la primera faena a tres kiómetros al sur del río (Cautín), para preparar la plataforma de la vía entre el Cautín y el río Boroa."
Bueno, de lo que sí hay más claridad es lo relativo a las obras en el sector llamado Quinquer. En febrero del año 1896 Verniory escribió: "El proyecto elaborado por la Comisión el Gobierno prevé un túnel de 200 metros que me parece puede evitarse desviando el trazado un poco hacia el este a través de la selva. Había pedido al ingeniero jefe don Luis Adán Molina hacer estudiar esta variante, pero la brigada especial está siempre ocupada más allá del río Quepe. Aprovechando las semivacaciones que me procura la cosecha - de trigo -, propongo a don Luis Adán hacer yo mismo el estudio. Veo allí una doble ventaja: primero, un acortamiento del trazado; en seguida, y esto es para mí lo más importante, una mayor utilidad para la empresa. En efecto, los precios unitarios fijados en el contrato para la excavación el túnel, me parecen poco remunerativos. Por otra parte, en el proyecto actual no hay compensación entre las excavaciones y los rellenos, de modo que una enorme masa de tierra proveniente de la formidable excavación de Quinquer no tendría utilización en terraplenes, y deberá dejarse depositada; perderemos de obtener su pago como excavación y relleno. Por supuesto, no hago valer sino el primero de los argumentos. El ingeniero jefe Molina acepta mi proposición. Me envía sus ingenieros Cuevas y el "Quichua", proporciona el material de campamento y los instrumentos topográficos necesarios. Vamos a instalar todas nuestras tiendas a orillas del Quepe. Durante más de un mes viviremos en tierras indígenas, en relaciones continuas y cordiales con los indios."
Luego, en marzo del año 1896, indica: "La cosecha he terminado; nuestros carrilanos han vuelto al redil y la actividad reina de nuevo en todas partes. Se trata de dar un fuerte empujón antes de la llegada de las lluvias de invierno. Los trenes atraviesan mientras tanto el río Cautín y llegan al río Boroa, donde descargan las piedras para el puente de mampostería, cuyas excavaciones están listas. Como esta faena es muy importante y durará muchos meses, construimos sobre el río un puente provisorio de madera."
En su reporte de lo acontecido en los meses de junio y julio de 1896, dice: "Matías Provost está ocupado en la construcción de un puente provisorio de madera sobre el río Quepe. Es una obra importante. Este año las lluvias son violentas, dificultan los trabajos y hacen más duras mis inspecciones más allá del Quepe". En agosto de 1896, escribió: "La vía férrea está siempre detenida por la zanja de Quinquer que está lejos de terminarse. Envío a Alfred - hermano de Gustave Verniory - para activar los trabajos."
En octubre de 1896, relata: "Alfred está todavía en Quinquer, donde la excavación de la enorme trinchera continúa. Se excava hasta el nivel de la plataforma pozos de minas que se hacen estallar con pólvora o dinamita." En noviembre de 1896 nos cuenta: "La formidable excavación de Quinquer por fin está abierta, y el largo terraplén que la sigue está a su altura. Por otra parte, el puente provisorio sobre el río Quepe está terminado. Podemos entonces poner de un golpe los rieles hasta la estación de Quepe, al otro lado del río. Ahora que podemos llevar la piedra de Cuyanquén - cantera al norte de Lautaro - al Quepe, hemos comenzado la albañilería del puente definitivo."
Aún me sigue dando vueltas en la cabeza el 'famoso' río Boroa, entre el Cautín y el Quepe. Necesitaré ver un plano de aquella época para identificarlo, ya que hoy no existe en otra corriente de agua entre el Cautín y el Quepe.
Mi recorrido, en mi bicicleta por la línea férrea, me llevó hasta otro viaducto ferroviario hecho con ladrillo y piedra, ubicado a unos dos kilómetros al Norte de la estación de Metrenco, y al pequeño puente que pasa por sobre el estero que se encuentra a unos 200 metros de la entrada de la estación en la que mi abuelo trabajó entre los años 1911 y 1912.
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