El martes 8 de diciembre reciente viajé en el tren de la 9:30 horas hacia la estación ferroviaria de Pua. Mi intención era fotografiar al "Tren de la Araucanía", con su locomotora a vapor, a su paso por el centenario puente Quino, al Norte de aquella estación. Una hora y diez minutos de viaje me separó de la agobiante "civilización" y me llevó a disfrutar de una época en la que mi bisabuelo trabajaba en su oficio técnico de albañil, en la ruta ferroviaria que penetraba en Araucanía. Una vez que descendí del "Regional", me encaminé directamente al encuentro con el puente El Salto y más allá con el Quino.
Ambos puentes tienen placas identificatorias del fabricante "Schneider & Cie", de Creusot, Francia y son del año 1893. Aunque, como todos los grandes puentes de la red ferroviaria que fueron reforzados en la década de los años 1920 (con variados métodos: más pilares, arcos, escuadras, tirantes, etc.), la estructura principal es la misma que fue instalada hace más de cien años y que han resistido temblores y terremotos y el inexorable pasar del húmedo tiempo del sur chileno. Un vistazo a la albañilería de aquella época me provoca asombro y admiración, por su calidad. Gran molestia, y hasta rabia, me produce el observar cómo gente descriteriada y malvada ha derribado muchas de las piedras de coronación que le daban un toque de arte y belleza a aquellas imponentes estructuras. No sólo lo he visto allí, si no que en varios viaductos ferroviarios que he visitado en el transcurso del tiempo.
Antes de llegar a la mitad del viaducto que cruza la quebrada sobre el río Quino, el claxon de un tren que viene desde Victoria me sobresalta. Detengo mi caminar por los durmientes, miro hacia el Norte y la luz de los potentes focos del TLD que va hacia Temuco me hacen buscar urgentemente un lugar en donde ponerme. Me afirmo de la estructura, al borde del puente, apunto mi cámara y grabo la pasada del tren mientras todo el acero tiembla a mi alrededor, luego termino de cruzar esa elevada vía ¡con la adrenalina a tope!. Más tarde, la pasada del Tren de la Araucanía, rumbo a la ciudad de Victoria, marca el fin de mi espera en el Quino. Caminando por los durmientes, y venciendo el vértigo, regreso al acceso Sur del puente y bajo al fondo de la quebrada para fotografiarlo desde otra perspectiva.
Regreso a la vía férrea y me encamino al El Salto. Éste se aprecia en mejor estado que el Quino; lo cruzo y busco un lugar desde el que pueda obtener imágenes del regreso por el lugar del Tren de la Araucanía. Escojo el sitio adecuado, instalo el trípode de mi cámara, luego me dedico a observarlo y tomo fotografías de aspectos que me parecen relevantes. De regreso al lugar escogido para filmar, me repongo del calor del día consumiendo abundante líquido; también me sirvo un par de plátanos y unos sandwiches. No hay que deshidratarse, ni menos pasar hambre...
A las 15:30 horas escucho desde el Sur el claxon característico de una gran locomotora Diesel y preparo en el trípode la cámara. Un minuto más tarde pasa rumbo al Norte un tren carguero por El Salto. Casi una hora más tarde se escucha el pito de la locomotora número 820 y filmo su pasada por el mismo puente. Mi meta está cumplida. Recojo mis cosas y me encamino hacia Pua. En eso recibo una llamada en mi teléfono celular. Un amigo que viaja con su familia en el tren turístico que acababa de pasar, me informa que el convoy se quedará en la estación Pua a la espera del Regional que viene desde Temuco, cruce que acontecerá en casi una hora más. Apuro mis pasos hacia Pua, en la aún calurosa tarde, llegando al lugar unos quince minutos después.
Pua: una de las interpretaciones acerca de su nombre
Unas fotos al Tren de la Araucanía detenido, otras a dos abandondas locomotoras a vapor y sus tenders, a una antigua casa y a la estación ferroviaria ocupan mi tiempo. La albañilería de la estación (inaugurada en el año 1891) me hace pensar que quizás las manos de mi bisabuelo estuvieron por allí, a sólo unos doce kilómetros de Victoria, en donde residía en aquella época.
La llegada del Regional desde Temuco y la partida hacia aquella ciudad capital del Tren de la Araucanía son captadas por mi cámara. A las 18:24 horas llega el Regional desde Victoria y lo abordo. Nos detenemos unos cortos momentos en Perquenco, Quillén, Lautaro, Lautaro centro, Pillanlelbún; una pasada sin detención en Cajón y finalmente la gran urbe de Temuco. La tarjeta SD de mi cámara está llena y yo culmino cansado, pero satisfecho este día. ¡Me agradan tanto estos viajes al pasado!
En mi canal de YouTube es posible apreciar un video con parte de la experiencia que he relatado, al que titulé "Cazando trenes".
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