
Un sentimiento de querer saber de ese lugar me llevó a buscar antecedentes en la Internet, pero sin resultados positivos. Luego, más de un año después de haber publicado un mensaje solicitando información en un sitio Web chileno dedicado al ferrocarril y su historia, en uno diferente, en el que se publican y comparten fotografías, un aficionado a la fotografía ferroviaria de la ciudad de Puerto Montt "subió" una foto que me impactó grandemente, a la que él tituló simplemente "Estación Sagllue". Prontamente publiqué un comentario relacionada con aquella foto, en la que expresé la importancia histórica de aquel lugar para mí. Aquel usuario me escribió un mensaje por el correo privado del sitio Web y ofreció llevarme a aquella estación. Respondí muy agradecido por su ofrecimiento y puse una fecha: el sábado 15 de mayo de 2010. Transcurrió más de un mes y llegó la fecha. Viajé el día anterior hasta la ciudad de Osorno, en donde visité los sitios relacionados con el ferrocarril sureño, los que a diario recorría cuando viví con mi familia entre los años 1977 a 1981. El día 15, pasado mediodía, llegó desde su ciudad el citado benefactor y con su gentil auspicio viajamos hacia el pasado de mi familia paterna.
En aquel histórico lugar vive actualmente don Rubén Huenchuan y su familia, quienes limpiaron de la maleza y suciedad, pintaron y repararon la abandonada casa-estación, de lo que me sentí agradecido, ya que si no fuera por ellos todo estaría en ruinas y destruido. Me fotografié junto a don Rubén, más o menos en el sitio en que la antigua fotografía fue tomada, en un intento de revivir aquella escena de más de 80 años atrás.
Los viejos postes del telégrafo ferroviario, ya sin sus hilos de cobre, y con las destartaladas crucetas de madera que soportaban los aisladores de cerámica o vidrio, aún son un testimonio sobreviviente de la época en que mi abuelo desde allí se comunicaba con las distantes estaciones vía el telégrafo y su código Morse.
Mis infinitas gracias a don Nelson Beseler, por este sueño cumplido, quien me acercó, como viajando por el tiempo, hasta aquella solitaria y distante Sagllúe, una estación del pasado ferroviario chileno.
Mis infinitas gracias a don Nelson Beseler, por este sueño cumplido, quien me acercó, como viajando por el tiempo, hasta aquella solitaria y distante Sagllúe, una estación del pasado ferroviario chileno.