lunes, 29 de noviembre de 2010

Cambio de nombre de mi Blog

Debido a que el nombre de mi Blog, su dirección en Blogger y hasta mi nombre personal tienen relación con el mundo árabe, he tenido que hacer un cambio: este Blog ya no se llamará "Al-Usul, Al-Wusul", si no que "Logrando objetivos, respetando los principios". La causa es que el tema del nombre es sensible para Google, quien canceló mi cuenta por esta "violacíón". Sabemos lo que acontece por estos días con las sensibilidades del gobierno y las empresas norteamericanas que proveen de productos y servicios de comunicaciones en la Internet.

Soy ciudadano chileno desde mi nacimiento, al que mi madre puso un nombre que ahora, conjugado al que originalmente puse a mi Blog, provoca especiales sensibilidades y sospechas. Ésto ha causado que, muy probablemente debido a la cantidad de visitas desde Oriente Medio (atraídas por el propio buscador de Google), se haya cometido el error de impedírseme acceder durante algunas horas a mi cuenta en Google y al que se haya eliminado mi canal en Youtube, "ElSheikOmar". Espero poder resolver este inconveniente, para que estén nuevamente disponibles mis posts y vídeos, que tanto tiempo y dedicación me han requerido.

viernes, 13 de agosto de 2010

Cuando uno mismo es un problema para sí mismo...

Ustedes ya saben que soy un investigador sobre asuntos históricos y genealógicos. Hoy, revisando mis viejos papeles, hallé un texto que imprimí hace una buena cantidad de años atrás, desde la Internet. Es posible que alguno de ustedes ya lo leyó alguna vez, pero no me quedaré con las ganas de volverlo a compartir, pues es un hecho verídico, sobre las relaciones familiares, y acontecido hace muchísimo tiempo atrás. El texto dice:

"Basado en un hecho real de hace varios años en Francia y publicado en un periódico:
 
"Estimado señor Ministro de la Defensa Nacional, permítame presentarle respetuosamente el caso siguiente, referente a mi situación personal, con el fin de solicitar mi baja inmediata de mi deber del servicio militar. 


Tengo 24 años, y estoy casado con una viuda de 42, la cual tiene una hija de 25 años, que ahora también se ha convertido en mi hija. Mi padre se ha casado con esta última. En la actualidad, mi padre se ha convertido pues en mi yerno, puesto que se ha casado con mi hija. Por consiguiente, mi hija, que es también mi nuera, se ha convertido en mi madre, ya que es la esposa de mi padre... Mi mujer y yo hemos tenido un hijo en Enero. Este niño se ha convertido en el hermano de la mujer de mi padre, lo que equivale a ser cuñado de mi padre. Como consecuencia, es ahora mi tío, puesto que es hermano de mi madre. Ahora bien, como hemos dicho, ya sabemos que mi hijo es también mi tío. La mujer de mi padre, en Navidades, ha tenido un niño, que es a la vez mi hermano, ya que es hijo de mi padre, y al mismo tiempo mi nieto, puesto que es hijo de la hija de mi mujer. Como resultado, soy ahora el hermano de mi nieto, y como ya sabemos que el marido de la madre de una persona es el padre de esta persona, resulta que soy padre de mi mujer, y hermano de mi hijo. Por consiguiente soy mi propio abuelo.
Por este motivo, Señor Ministro, le ruego que me conceda el derecho a regresar a mi hogar, ya que la ley prohibe terminantemente que el padre, el hijo, y el nieto sean llamados a filas al mismo tiempo.
Confiando en su comprensión, le mando un cordial saludo."


(El artículo publicado explica al final que esta persona fue eximida del servicio militar obligatorio con la siguiente mención en su expediente: "Estado psíquico inestable y preocupante, con trastornos mentales agravados por un clima familiar perturbador")"

miércoles, 30 de junio de 2010

Amistades y ayuda en la buena Internet

Deseo destacar todo lo positivo que se puede hallar en la Internet, cuando hacemos buen uso de ella. Realizo investigación histórica y genealógica, participo de foros con relación a esos asuntos, escribo mis experiencias y aún he ofrecido de mis servicios de investigación. Tengo seguidores declarados de mis publicaciones y otros son seguidores anónimos. De todos ustedes me siento agradecido. Reconforta mi espíritu el sentir y saber que soy un aporte a las vidas de otros, en especial para aquellos que están fuera de la patria que les vio nacer y que mediante mis posts sienten una relación de cercanía y de recuerdo hacia los lugares en que residieron hace tantos años. Agradezco a quienes me escriben privadamente y que aún me han obsequiado de distinta manera.
A través de los sitios de encuentro de personas he hallado y me han hallado viejos compañeros de la educación secundaria, de hace más de treinta años. He podido ver fotografías recientes de ellos, que han provocado las más diversas emociones.

Este mes de junio, pese a las dificultades y tristezas propias de este mundo, ha sido muy grato en relación con el contacto virtual con otros seres humanos, y es por ello que deseo destacar a tres personas que me han contactado:
Soledad, Andrés y Tomás.

Soledad es una ciudadana uruguaya que me ubicó en la Internet, en un foro de investigación genealógica, y que me contactó desde Montevideo para solicitarme pudiera hallar a una familia mapuche que conoció en el año 1989 (describo brevemente esta historia y el éxito de mi investigación en mi blog "Bitácora de mi bicicleta"). Ella ha sido tremendamente positiva, aún con sus propias cargas, dificultades y tristezas y me ha demostrado gran aprecio.

Andrés es chileno y reside en Santiago de Chile. Su preocupación por investigar sobre la historia de su familia de ancestros alemanes y suizos, y su poca disponibilidad de tiempo, le hizo contactarse conmigo a través de mi blog "Genealogía e historia familiar en Chile". Pude hallar documentos importantes para él y él sintió el deseo de compartir y regalarme antecedentes sobre mi propia familia y documentos históricos digitalizados que tienen que ver con la zona en la que dedico mi servicio de investigación. Es mi cliente, pero él ha empatizado con mi pasión investigadora llendo más allá de una posición pasiva, pasando a una de excelente cooperación.

Tomás es chileno y reside hace varias décadas en una región de Alemania. Gratamente sorprendido quedé con un mensaje de correo electrónico, en el que me expresaba agradecimiento por las cosas que yo expresaba en este blog (Al-Usul, Al-Wusul), y por mi dedicación a la investigación histórica. Su familia residió en los alrededores de la zona en que vivo, y mis escritos le permiten sentir cercanía y recordar la época de su infancia y juventud. Hemos intercambiado varios emails y él me ha hecho llegar un lindo obsequio, relativo a mi pasión por los viejos ferrocarriles y sus locomotoras.


Gracias a la Divina Providencia por la creación de este medio de intercambio de información y de acercamiento entre los seres humanos, que nos permiten dar encuentro, reencuentro, servicio y recibir afecto y comprensión.

martes, 25 de mayo de 2010

Estación del pasado: viajando en el tiempo

Esta dañada fotografía tiene un tamaño original bien pequeño, y tampoco es tan nítida como puede apreciarse aquí. Fue captada con una cámara Agfa por mi abuelo paterno, aproximadamente en el año 1930. En ella aparecen mi padre y su hermano mayor, quienes llegaron a ser ferroviarios. Hace algún tiempo ya, la digitalicé para preservarla y pude usar algunas herramientas de edición para poder ver mejor su contenido. El lugar es la pequeña estación ferroviaria llamada Sagllúe (nombre posiblemente de la lengua mapuche, cuyo significado es "lugar de camarones" - de tierra, no del mar -), ubicada al sur de la ciudad de Osorno, a algunos kilómetros más allá del río Rahue y del antiguo puente ferroviario que llevaba la vía férrea hasta la "punta de rieles" de Chile: Puerto Montt. Mi abuelo llegó soltero hasta allí, para ocuparse de sus quehaceres como empleado de los ferrocarriles chilenos, más o menos en el año 1920. En el año 1921 fue hasta la estación Lanco a casarse con quien se convirtió en mi abuela, a quien llevó a vivir a la casa-estación de aquel apartado lugar, en donde fueron naciendo sus hijos.

Un sentimiento de querer saber de ese lugar me llevó a buscar antecedentes en la Internet, pero sin resultados positivos. Luego, más de un año después de haber publicado un mensaje solicitando información en un sitio Web chileno dedicado al ferrocarril y su historia, en uno diferente, en el que se publican y comparten fotografías, un aficionado a la fotografía ferroviaria de la ciudad de Puerto Montt "subió" una foto que me impactó grandemente, a la que él tituló simplemente "Estación Sagllue". Prontamente publiqué un comentario relacionada con aquella foto, en la que expresé la importancia histórica de aquel lugar para mí. Aquel usuario me escribió un mensaje por el correo privado del sitio Web y ofreció llevarme a aquella estación. Respondí muy agradecido por su ofrecimiento y puse una fecha: el sábado 15 de mayo de 2010. Transcurrió más de un mes y llegó la fecha. Viajé el día anterior hasta la ciudad de Osorno, en donde visité los sitios relacionados con el ferrocarril sureño, los que a diario recorría cuando viví con mi familia entre los años 1977 a 1981. El día 15, pasado mediodía, llegó desde su ciudad el citado benefactor y con su gentil auspicio viajamos hacia el pasado de mi familia paterna.


Al acceder por el extremo sur al recinto y antiguo patio de la estación Sagllúe, saliendo desde desde el camino rural que conduce hasta la localidad de Río Negro, me encontré con las ruinas de los cimientos de la casa que fuera del "cambiador", el funcionario que manipulaba las palancas manuales para efectuar el cambio de vía. Aquella casa se alcanza a apreciar en el lado superior izquierdo de la foto que tomó mi abuelo.
En aquel histórico lugar vive actualmente don Rubén Huenchuan y su familia, quienes limpiaron de la maleza y suciedad, pintaron y repararon la abandonada casa-estación, de lo que me sentí agradecido, ya que si no fuera por ellos todo estaría en ruinas y destruido. Me fotografié junto a don Rubén, más o menos en el sitio en que la antigua fotografía fue tomada, en un intento de revivir aquella escena de más de 80 años atrás.



Los viejos postes del telégrafo ferroviario, ya sin sus hilos de cobre, y con las destartaladas crucetas de madera que soportaban los aisladores de cerámica o vidrio, aún son un testimonio sobreviviente de la época en que mi abuelo desde allí se comunicaba con las distantes estaciones vía el telégrafo y su código Morse.

Mis infinitas gracias a don Nelson Beseler, por este sueño cumplido, quien me acercó, como viajando por el tiempo, hasta aquella solitaria y distante Sagllúe, una estación del pasado ferroviario chileno.

domingo, 11 de abril de 2010

El arcaico registro de la propiedad inmobiliaria en Chile

El terremoto del 27 de febrero de 2010 dejó al descubierto una nueva falla o fragilidad dentro de la tradicional institucionalidad chilena: la de los Conservadores de Bienes Raíces. Un ejemplo drástico de aquella fragilidad fue el tsunami que azotó el puerto de Talcahuano, llegando el agua marina hasta el centro cívico de la ciudad, e inundando la bóveda subterránea en que se guardaban los registros de papel con la información jurídica de las propiedades inmuebles de los habitantes de la jurisdicción de aquel Oficio Conservatorio. Según la información periodística, un veinte por ciento de la información registral fue afectada (una quinta parte), la que deberá ser reconstituida con la ayuda de los propietarios afectados y de todos aquellos que tengan intereses resguardados en las inscripciones destruidas, como los son, por ejemplo, las instituciones bancarias (las inscripciones de hipotecas y gravámenes, prohibiciones de venta, embargos, etc.).


El Conservador de Bienes Raíces es un ministro de fe que tiene a su cargo los registros de Propiedad, de Hipotecas y Prohibiciones, que no recibe financiamiento estatal, si no que que se autofinancia con el cobro de honorarios profesionales por cada actuación que efectúe: inscripciones, copias y certificados de las inscripciones. Su existencia en Chile data desde el año 1857, cuando se reglamentó su función según lo disponía el artículo 695 del Código Civil, norma actualmente vigente, con algunas modificaciones posteriores. El modo de registrar sólo ha cambiado en el uso de las tecnologías de cada época: pluma y tinta, máquinas de escribir mecánicas y más tarde electrónicas, finalmente softwares de proceso de texto en computadoras (en donde es factible económicamente su adquisición para el funcionario, también denominado Conservador de Bienes Raíces), pero, finalmente, la inscripción siempre se registra en el soporte del papel. Sabido es que el papel no soporta el calor o las llamas de un fuego, la humedad o, como lo ocurrido en Talcahuano, la destrucción provocada por una inundación. El papel también es vulnerable a las acciones malintencionadas, como es el robo o daño premeditado e intencional a las hojas de un registro.

Los conservadores de bienes raíces, ante las presiones ejercidas aún desde el nivel gubernamental, han tratado de mejorar y modernizar el servicio, incorporando nuevas tecnologías, como páginas Web con acceso a limitadas bases de datos de sus registros, modernidad a la que no todos aquellos ministros de fe pueden aspirar, ya que aquellos que tienen sus oficios en pequeñas localidades del país no tienen los ingresos necesarios para hacer inversiones de alto costo, teniendo aún que arrendar los locales en los que funciona su oficina.

Por todo lo anterior, es necesario crear un nuevo sistema de registro de la propiedad inmobiliaria, a la que se tenga acceso desde cualquier punto del país sin tener que acudir a una determinada o puntual oficina (la competente a la jurisdicción) para requerir la inscripción o solicitar copias y certificados, y que abarate los altos costos que existen en la actualidad. Una idea que viene a mi mente es utilizar un sistema semejante al actual del Registro Nacional de Vehículos Motorizados. Antes de explicarla, haré una pequeña reseña. Antiguamente, desde el año 1963 y hasta 1984, eran los propios Conservadores de Bienes Raíces quienes inscribían los vehículos de ese tipo (artículo 40 de la Ley Nº15.231). Un vehículo nuevo recibía un nuevo número de inscripción y las posteriores transferencias se anotaban al margen de la misma. Cuando se acababa el espacio para hacer anotaciones se debía "abrir" un Apéndice, agregando más hojas de papel al final del Registro (libro), para continuar haciendo anotaciones referente a ese vehículo.

En el año 1984, la Ley Nº 18.287 suprimió el viejo sistema de registro de vehículos motorizados, y la Nº 18.290 estableció uno nuevo, señalando que sería el Registro Civil e Identificación quien llevaría este Registro en una base de datos por propietario y patente del vehículo (se puede leer un "Informe en Derecho", haciendo click en el link 1, al final de este post). Esa única y perpetua inscripción para cada vehículo, es en la que se deja constancia de la venta a un nuevo propietario o se registra la constancia de la constitución de una prenda y prohibiciones de vender.

Ésta es mi idea particular: Crear un Registro Nacional de la Propiedad Inmobiliaria, quizás a cargo de un "Departamento" del Registro Civil e Identificación, basado en una única inscripción, actualizable como la de la placa patente del Registro Nacional de Vehículos Motorizados, cuya única "inscripción" nacional sea la del número del rol de avalúo fiscal, en una base de datos informática. Cada inmueble del país tiene, para los efectos del pago de contribuciones, un número de rol que lo identifica, por lo cual no sería necesario idear otro tipo de identificación. Los datos asociados al rol de avalúo fiscal serían: la cadena de propietarios sucesivos, las subdivisiones del rol (venta de parte de un inmueble) o de la copropiedad inmobiliaria - los departamentos de un edificio o de un condominio -) las respectivas anotaciones de gravámenes, prohibiciones y otras "subinscripciones" pertinentes. En línea, en cualquier "Departamento de la Propiedad Inmobiliaria" del Registro Civil del país, se podrían solicitar certificados de dominio vigente y de gravámenes y prohibiciones más baratos y expeditos.

Las actuales tecnologías de manejo, almacenamiento y consulta de datos permitirían resguardar y proporcionar información de manera rápida y segura, dejando en el pasado la utilización de cientos de metros lineales ocupados por gruesos tomos de registros de papel, que cada día siguen aumentando y ocupando más espacio físico en bóvedas inadecuadas y poco seguras.


Link 1, Revista de Derecho (Valdivia), diciembre 1991, volumen II Nº 1-2, pág. 115-123

sábado, 6 de marzo de 2010

Si nuestras políticas sociales (y familiares) fueran de prevención y no de sólo reacción (tardía)...

La experiencia de vida de personas a las que la sociedad considera viejos nos dan, una y otra vez, cátedra y a la que deberíamos tomar de una vez por todas en serio. En ciertos ámbitos religiosos, desde hace décadas, se predica la prevención y la preparación para las catástrofes al interior de las familias, y no sólo referidas a aquellas que dicen relación con las fuerzas de la naturaleza, si no que a todas las que provocan consecuencias inmediatas, tales como la enfermedad o pérdida de la persona que da sustento financiero al hogar o al sufrimiento tras la cesantía o término de la fuente laboral.

Compañeros de mi trabajo me trataron de alarmista cuando en el año 2007 compartí con ellos la información de un folleto que apareció en el interior de una revista mensual de la Iglesia cristiana, de la que soy miembro desde hace más de 25 años. Los hechos recientemente acaecidos en el centro-sur de Chile han manifestado la potente veracidad de la expresión: "Si estáis preparados, no temeréis...".

Un breve análisis de la información que aparece en aquel folleto me hace pensar ¡cuán diferente sería la situación de muchísima gente, ante la emergencia que está viviendo Chile en estos momentos! Si esta educación para la preparación y prevención fuera una política no sólo para los miembros de determinada Iglesia, si no que una política de Estado, en un país que ha sido, es y será atacado por la naturaleza y otros desastres. Si no fuera una política de Estado, al menos que una gran cantidad de familias pudieran estar preparadas para estos trágicos eventos, no pasando a engrosar las legiones de ciudadanos esperando un poco de agua, un poco de comida, abrigo y cobijo, en la inmediatez de los acontecimientos.


Los miembros de mi Iglesia de la zona siniestrada, y que hicieron caso al consejo de estar prevenidos, al menos no han tenido el terror a la inmediata falta de comida ni agua, pero sí al actuar desenfrenado de quienes pudiendo haber estado preparados no conocían de este modo de prevención y que , ante las circunstancias, recurrieron al pillaje, codo a codo con delincuentes que sustrayeron no sólo alimentos.

Si una gran cantidad de familias pudieran estar preparadas para un desastre, el gobierno de turno sólo debería dedicarse a socorrer a los más urgentemente desamparados y a mantener el orden y la seguridad, sin la extrema carga de tener que llevar ayuda de todo tipo, transportándola desde lejanas zonas hacia los sitios siniestrados. Hay que aprender que, en materia de seguridad a la ciudadanía, son las propias familias las que primariamente deben estar autosatisfechas para sus necesidades básicas, en espera de la ayuda que el gobierno pueda hacer llegar más tarde. En cuanto a esto último, el ente que deba reaccionar con ayuda a la población no puede tener sólo un gran almacén centralizado en la capital nacional, si no que debe poseer una adecuada distribución de recursos de todo tipo en el resto del país. El viejo dicho de "no tener todos los huevos en una sola canasta", es muy sabio también.

jueves, 4 de marzo de 2010

Sabio es reutilizar lo que ya no está de moda

Viene a mi memoria el recuerdo de una revista de historietas de los años setenta. Su nombre ya no está presente, pero la historia que contaba a través de sus coloreados dibujos es aplicable a las realidades de nuestra actualidad, en un mundo tan adicto a las nuevas tecnologías y modas, abandonando las eficaces del pasado, que podrían sólo ser actualizadas. El relato de aquella revista, que recuerdo en estos momentos de desgracia en Chile, se refería a un ataque por alienígenas extraterrestres. Sus tecnologías dejaban rápidamente fuera de combate a las fuerzas armadas del planeta Tierra, las que quedaban totalmente inoperantes ante un boqueo a las comunicaciones electromagnéticas y de los comandos electrónicos de los misiles y otras modernísimas armas de los terrícolas. Los pocos platos voladores que devastaban el mundo no tenían oposición alguna de los seres humanos, hasta que a alguien con inteligencia suficiente se le ocurrió atacarlos con una vieja tecnología: la utilización de cañones de viejas fortalezas del siglo XVI y XVII, con pólvora y proyectiles esféricos a la usanza del tiempo de los piratas y de los ejércitos imperiales de aquellas épocas, ante las cuales los extraterrestres no pudieron hacer nada, siendo las astronaves destruidas. Una historia fantástica e irreal, pero de la que puedo extraer algunas enseñanzas y paralelismos.

El terremoto que afectó, en la madrugada del sábado 27 de febrero pasado, a una vasta extensión de territorio chileno aparentemente dejó interrumpidas las comunicaciones de organismos públicos de carácter estratégico con el gobierno central, provocando errores de todo tipo en la toma de decisiones de quienes tenían responsabilidades ejecutivas. La adopción desde hace casi una década, por parte de esos organismos, de "modernos" y más económicos sistemas de transmisión de datos mostró su fragilidad ante la interrupción del suministro de la energía eléctrica en una inmensa porción de territorio chileno. Los viejos sistemas de comunicación radial, con un respaldo de generadores eléctricos, para el evento de fallar el servicio de alimentación externo, habían sido mayormente abandonados, reemplazados por tecnología que economizaba también en la utilización de personas. Lo que no falló, pese a la natural pero breve interrupción, por la caída del sistema eléctrico "interconectado central", fueron las transmisiones radiales de radioemisoras privadas que poseían equipos electrógenos autónomos. Aquellas radioemisoras dieron a conocer las noticias a la población antes de que el gobierno del país pudiera tener el poder de la comunicación oficial.

El paralelismo con la historia contada la refiero también al hecho de la pérdida paulatina de los "antiguos" valores morales (a los que ciertos sectores ciudadanos llaman "anticuados"), reemplazados por el pensamiento "moderno" y el egoísmo o egocentrismo. Una mujer de la devastada ciudad de Concepción, sorprendida en el robo de combustible en una estación proveedora, expresó que ella no era partícipe de señalar que aquello fuera un delito, ya que necesitaba de aquel suministro.
Sin temor a la autoridad, este saqueador tuvo que ser amedrentado drásticamente por el policía

Un pariente mío prefirió huir de la zona del desastre, no por temor a la expresión geológica de la naturaleza si no que a las personas, que se habían convertido en gente salvaje y sin valores. Pudo presenciar a gente "decente" de su vecindario que pasaba corriendo por la calle frente a su hogar con productos obtenidos del saqueo a un gran supermercado, y a otros que le proponían directamente efectuar la misma acción, utilizando el vehículo de este pariente. El día domingo, en la reunión de su Iglesia, mi pariente, no de manera directa, se atrevió a preguntar a algunas personas reconocidas como "devotas" si habían ido a aquel supermercado el día anterior. La respuesta de algunas de aquellas "espirituales" personas le provocaron a mi pariente lo que se llama 'vergüenza ajena'...

Creo que este desastre hará retomar la utilización de "antiguas" pero actualizadas tecnologías de comunicación, para eventos de emergencia, modernizará el procedimiento y el flujo de la información, que permitan a las autoridades competentes de este país responder adecuadamente ante las calamidades que frecuentemente nos ponen a prueba. Ésto puede ser en muy corto plazo. En lo que no tengo mayores esperanzas de pronta mejoría es el que cierta porción del pueblo chileno, la de los aprovechadores y abusadores, pueda "reconvertirse" o reincorporar plenamente a su vida los "anticuados" valores humanos tales como la honradez, la solidaridad, y el trabajo decente.

martes, 2 de marzo de 2010

El terremoto del Bicentenario y el final del mandato de una gobernante popular

Cuando faltaban menos de 15 días para el cambio de mando en el gobierno de la República, y en el año del bicentenario, a las 3:34 horas del sábado 27 de febrero, un terremoto de 8,8 grados Richter cuyo epicentro se ubicó en las cercanías de Cobquecura (kofke: pan; cura: piedra), en la costa de la Región del Bio Bio, despertó de su sueño a unos 8 millones de chilenos y cambió nuestra realidad. Centenares de personas mueren, la mayoría aplastadas por los derrumbes o atrapadas y arrastradas por los sucesivos tsunamis, aunque muchos fallecen también a causa de paros cardíacos, por el miedo o por la huída ante falsas alarmas de nuevos tsunamis.

Las horas transcurrían, la noche se perpetuaba sin la luz artificial y la nublada madrugada tardaba demasiado en llegar con la ansiada luz del día. En la oscuridad las únicas radioemisoras que se captaban en los receptores con baterías o pilas eran estaciones de la capital chilena, con repetición satelital, las que sólo transmitían básicas letras de reguetón, lo que culminó después de una media hora con la aparición de la voz de un locutor de origen brasileño que realizó las primeras transmisiones anunciando un terremoto que afectaba a una gran sección del territorio chileno. La radio Pudahuel de Santiago fue la que acompañó a muchos chilenos que comenzaron a llamar a su teléfono. Alrededor de las 4 AM se agrega al panel del locutorio la reconocida voz del locutor Pablo Aguilera, que con su profesionalismo acompañó a quienes se apegaron a esa improvisada transmisión. Nuevos temblores acompañaron todo el día sábado; sin electricidad ni comunicaciones telefónicas.

En Temuco, Radio Bio Bio comenzó a transmitir con un equipo electrógeno en sus estudios de calle Bulnes y con otro en su planta transmisora del Cerro Ñielol. La audiencia creció más y más, solidarizando con la radioemisora que, tras muchas horas de transmisión, agotaba el combustible de sus generadores eléctricos. La donación de gasolina y petróleo diesel permitió que siguiera conectando a miles de personas, mientras una seguidilla de réplicas del terremoto continuaba.

Las horas transcurrieron y la información de los periodistas radiales comenzó a llegar antes que la de los organismos del gobierno central del país. Nos enteramos de lo que ocurría en la Región del Maule y de lo horroroso ocurrido en la zona de las ciudades de Concepción y Talcahuano, y de las localidades de la costa, barridas por un tsunami cuya probabilidad había sido descartada por las autoridades de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI), en una costumbre enfermiza de minimizar todo, no decir la verdad y declarando que "todo está bajo control" (como si las declaraciones de su locuaz directora fueran ley para la naturaleza), ocasionando, ya con ésta tres tristes errores, - antes, el terremoto de Aysén, luego la erupción del volcán Chaitén- y ahora la muerte de chilenos que no alcanzaron a ser avisados para que huyeran a lugares más elevados de la costa.

El lento, míope y brutal centralismo de la autoridad santiaguina no dimensionaba la realidad, que ya millones de personas conocían a través de las comunicaciones del periodismo radial y de los auditores que vivían en las regiones afectadas. La tardanza en reaccionar y la falta de energía de la autoridad civil - reticente a ordenar la utilización de fuerzas militares - comenzaron a causar estragos entre la población, lo que ya es conocido por las imágenes que recorrieron y siguen dando vuelta al globo terráqueo.

Triste final para el mandato dado a la presidenta Michelle Bachellet (una mujer capaz), quien rodeada de asesores políticos y funcionarios de baja idoneidad no pudo ver la realidad ni, nuevamente, hizo caso a su percepción femenina (la vez anterior, "algo le decía" que no debía dar el inicio al publicitado Transantiago, pero de igual manera le aconsejaron hacerlo). Triste inicio para el gobierno del presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, que deberá reformular proyectos y dedicar gran parte de su período a la reconstrucción de Chile.

Algo bueno puede salir de todo este mal. La reconstrucción será una oportunidad de desarrollo y crecimiento que, ojalá, no sea despediciada en una lucha contra una despreciable actitud de oponerse por el sólo oponerse a nuevas formas de gobernar. En la pasada campaña presidencial un candidato se burló del actual presidente electo, expresando que Chile no era una empresa... CHILE SÍ ES UNA EMPRESA, a la que, mediante una conducción de excelencia, hay que desarrollar, hacerla crecer, aumentar sus utilidades, y que pague buenos dividendos a todos sus socios accionistas: el pueblo.

Se necesita gente idónea y no a personas que amen más a su partido político o a su coalición, que a su propio país. Se requiere a personas que vean más allá de Santiago, que observen que Chile se extiende miles de kilómetros hacia el norte y sur; se requiere la eliminación del brutal centralismo que minimiza las necesidades de las regiones chilenas, y finalmente, que reformule a la ONEMI. Este organismo debiera convertirse desde una oficina reaccionaria hacia un ente proactivo. Chile es y será un país sísmico y volcánico, por lo que la población chilena debiera ser constantemente instruida en cuanto a las precauciones y prevenciones, que no la deje a merced de la naturaleza, como a niños extraviados. La mayoría de los chilenos debieran estar acostumbrados a tener un pequeño y permanente almacenamiento familiar de alimentos y otros elementos de emergencia, para que ante circunstancias extremas, como las recientemente acontecidas, no seamos una gigantesca carga para el gobernante de turno, y tengamos que esperar una lenta reacción de las entidades respectivas. ¿No hubiera sido distinto que los miles de afectados hubieran tenido almacenadas en sus hogares - para casos de emergencia - unas pocas decenas de litros de agua potable, unos pocos kilos de arroz, harina, azúcar, un paquete de velas y fósforos, una linterna con pilas cargadas, etc., ahorrándonos las horribles escenas que hemos tenido que presenciar directamenmte o a través de la televisión?

Terremoto Bicentenario

sábado, 13 de febrero de 2010

¿Estación Púa, PUA o Puüya?


"Puesto Urrutia Albarracín", "Paradero Urrutia Albarracín"; "Púa", "Pua", etc... Se ha especulado bastante acerca del origen del nombre de esta sureña estación ferroviaria, desde la que nacían los ramales hacia Lonquimay (en la cordillera de Los Andes, Provincia de Malleco) y hacia Traiguén (al Oeste). Hay quienes señalan que, con justa razón, no puede estar su origen en el apellido de los empresarios que allí tenían las bodegas de acopio de materiales para la construcción de la vía férrea en el siglo XIX, ya que la sociedad era "Albarracín y Urrutia" y no "Urrutia y Albarracín".

Bueno, para continuar la polémica y agregar más leña al fuego, he hallado en una antigua revista "En Viaje" (1938), ordenadas en orden geográfico, de Norte a Sur, una nomenclatura de las estaciones ferroviarias de Chile, en la que aparece mencionada cada una con una breve descripción histórica en varias de ellas. Ubiqué Pua, cuyo nombre es descrito como de origen mapuche: "Puüya".

El autor del blog, en el centenario edificiode la estación

Detalle de la plataforma de piedra en que está el edificio de madera

En mapuzugun, "puya" es el nombre que se le da a una planta silvestre, conocida también como "chagual". El prefijo "pu", en mapuzugun, significa muchos o abundante, o sea, y finalizando este tema, Puüya (o castellanizado, Pua) significaría un lugar con abundancia de puya, o con mucho chagual.

¿Se ve chagual en la zona, o la información que entregó la revista En Viaje no fue certera?

Puya chilensis o "chagual" (florecida)

Fotografía que capté el 14 febrero 2010, en Pua, lado vía férrea

viernes, 5 de febrero de 2010

Crear, crear, crear

Es edificante y placentero el crear y organizar. Es denigrante el destruir y desorganizar.
El diccionario de la lengua española "Espasa-Calpe" define, entre otros significados, al verbo crear como "Realizar algo partiendo de las propias capacidades", o "Idear, construir". Yo no creo en eso de "crear o producir desde la nada", pues para producir un producto que no existe, ya están los elementos básicos o materiales "sin organizar" o materia prima. "La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma" declara la "Ley de la conservación de la materia", principio enunciado por el científico francés Antoine Laurent Lavoisier (1743-1794). Aún las ideas de algo no tangible están conformadas por elementos que ya están presentes, que han quedado "archivadas" en nuestra memoria y listas para aparecer cuando creamos.

Una frase atribuida al poeta cubano José Martí implica este deseo intrínseco del ser humano de crear: "Un hombre, para ser completo, ha de plantar un arbol, tener un hijo y escribir un libro". Si así fuera, yo estaría casi completo: he plantado, he tenido hijos y estoy escribiendo un libro. Pero me doy cuenta que eso no es todo, pues entre cada uno de esos pasos de la vida hay una infinidad de oportunidades de crear y organizar. ¿No será que uno de los propósitos de la vida humana es crear y experimentar la organización, y que la falta de creación (no de creatividad) es lo que conduce a la degradación y destrucción?

Mi hija mayor me envió un email con un link a un mensaje en vídeo que se haya en YouTube. Las palabras de ese mensaje tocaron profundamente mi corazón y las acepto como absolutamente verdaderas, y las comparto con ustedes.