sábado, 31 de enero de 2009

La partida del último Acuña Aguilera

Instituto San José de Temuco (hoy Colegio de La Salle, aproximadamente año 1934)

De 17 años de edad. Año 1944

Concepción. Terremoto del 21 de mayo del 1960

El martes 27 de enero de 2009, a las 19:00 horas, mi padre Ramón, ha abandonado este mundo... A la edad de 81 años, el último representante de la familia Acuña Aguilera, formada con el matrimonio de mis abuelos paternos en el año 1921 y completada con el nacimiento de mi tío José Domingo en el año 1935, partió a su descanso de las vicisitudes de esta vida mortal. Un conjunto de enfermedades invalidantes le fueron quitando su vitalidad y movilidad, hasta dejarlo convertido en un disminuido anciano, cuya vida en los últimos 10 años fue tremendamente compleja, siendo su fallecimiento un descanso y alivio para lo ingrato de su existencia física en esta última etapa de su vida.
Marzo 1997
Enero 2005

Diciembre 2006

Marzo 2008


Pese a la tristeza del acontecimiento, nos sentimos reconfortados por el cariño y fortaleza que dieron a su familia sobreviviente los parientes, vecinos, amistades, y conocidos. Algo que me provocó mucha emoción fue el conocer de boca de ex compañeros de mi padre, también hoy ferroviarios jubilados y que estuvieron en el velatorio, palabras referentes a su trabajo como maquinista en la Empresa de Ferrocarriles del Estado de Chile. Uno de ellos, don René Ortíz Castillo, nos contó que fue ayudante de mi padre en la época de las locomotoras a vapor hacia fines de los años 1960, y que trabajaron juntos en el tramo comprendido, por el Norte, entre el nodo ferroviario de San Rosendo hasta Puerto Montt, por el Sur. Nos relató que ambos cuidaban muy bien las locomotoras que tenían a cargo, y que mi padre se apegaba estrictamente a las normas y al reglamento, aunque le gustaba "hacer correr" a las locomotoras tipo 80 "Montaña", y que pasaban raudos por las estaciones con los trenes. Mi hermano exclamó: "¡ Ahí está. Por eso es que me gusta la velocidad!". Así, varios otros ancianos ex ferroviarios comentaron sus recuerdos en relación con mi padre y su trabajo en el ambiente ferroviario, siendo la primera vez que hemos sabido de experiencias de mi padre en su ambiente laboral, por haber sido él muy reservado y no haber nunca comentado mucho de lo referente a su función en la Empresa de Ferrocarriles, en los más de 30 años de servicio en aquella.

Sus funerales se efectuaron el día jueves 29 de enero en la capilla de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cercana al domicilio de mis padres, y sus restos fueron sepultados, tras una breve ceremonia, en el hermoso Cementerio Parque Jardín Las Flores, en el camino hacia la localidad de de Chol Chol, kilómetro 4,5.



Aunque el hecho de no tener la compañía física de mi padre, a causa de la muerte, estamos en paz y tranquilidad, gracias al conocimiento que nos ha proveído el Evangelio, referente al propósito de la vida terrenal y al conocimiento de la futura y gloriosa resurreción de los muertos, y a la promesa de la unión eterna de las familias terrenales.

martes, 27 de enero de 2009

El Diario Austral, con las noticias del ayer

Antiguo edificio del Diario Austral de Temuco

Nuevo edificio del Diario Austral de Temuco

En varias oportunidades he tenido acceso a ejemplares de periódicos y diarios, o a porciones de éstos, que tienen una antigua data. Éstos me transportan a varias décadas atrás y, dependiendo de su línea editorial o con la mirada de las agencias de noticias contratadas, me he enterado de los acontecimientos locales e internacionales ocurridos en aquellas pretéritas épocas. El fin de semana pasado pude ver varias portadas del antiguo diario de la ciudad de Temuco: El Diario Austral. Las páginas que pude ver correspondían a portadas de ediciones del mes de marzo del año 1939 y hasta del mes de mayo del año 1940. Todas ellas tenían un formato enorme, como las de "El Mercurio" de Santiago de Chile; olían a rancio y estaban en una condición muy frágil. La información que presentaban estas porciones de aquellos ejemplares era completamente sobre el desarrollo de las tensiones en Europa, que más tarde desencadenaron en la Segunda Guerra Mundial y cuyos hechos hoy forman parte de la Historia Universal. Es tremendamente interesante enterarse de los hechos cuando estaban frescos, ya que la historia elimina muchos detalles que ahora son desconocidos ahora, 70 años después.

Interesante el decreto que prohibe el comercio ambulante en el centro de Temuco

Otro aspecto digno de mencionar, son las publicaciones de la llamada "Guía Profesional", en la que distinguidos, o no tanto, profesionales publicitaban sus servicios; así también la propaganda para la venta de bienes y servicios diversos, así como avisos hasta jocosos en ésta época (como aquel en que se anuncia la pérdida del perro "Trapito"); también los hechos ocurridos en el diario vivir de una nación, y que dicen relación con el comportamiento social, que ha sido el mismo en todas las épocas, ya que el ser humano no ha cambiado mucho en el transcurso de los siglos, diferenciándose una era de la otra solamente en lo referente a las tecnologías y técnicas que aparecían, y que hoy siguen apareciendo y acompañando a las gentes.


Encontré noticias que podrían ser las de ayer, por lo que cobra notable validez la sabia letra del famoso tango "Cambalache", la que expresa:

Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...

¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...

¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...

¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...

viernes, 23 de enero de 2009

De Temuco voy a Valdivia...

Este viaje era necesario hacerlo y estaba pendiente. Valdivia, la ciudad de los ríos, me recibió el viernes 16 de enero pasado, el último día hábil dentro del período de dos semanas de mis vacaciones. El bus salió puntual desde el terminal de buses de la empresa JAC en Temuco, a las 7:10 AM. Hizo paradas en las localidades de Gorbea, Loncoche, Lanco y San José de la Mariquina, para llegar a la fluvial ciudad de Valdivia cerca de las 11 de la mañana.

Llegando al sector céntrico de Valdivia

Ya había impreso un pequeño plano de aquella ciudad, mostrando el sector del terminal de buses y de la zona comercial. Me interesaba, más que nada, ubicar la oficina del Conservador de Bienes Raíces, en cuyo archivo deberían estar los primitivos títulos referentes a inmuebles que le fueron concedidos por el Fisco de Chile a mi bisabuelo en la zona de Gorbea y que posteriormente fueron reinscritos en el Registro de Propiedad de Pitrufquén, cuando se creó la Notaría y Conservador de Bienes Raíces en aquella localidad, en el año 1911. Rápidamente, por la hora, caminé al encuentro con la calle Arauco, ubicada de manera perpendicular a la calle en la que se halla el terminal de buses. Comenzaba a caer una finísima lluvia, la que se mantuvo persistentemente durante toda la jornada. Caminé hasta que encontré la numeración correspondiente al local del Conservador de Bienes Raíces e hice ingreso a aquella oficina.

El local del Conservador de Bienes Raíces y Archivero de Valdivia, en calle Arauco n° 440

Tenía en mente el buscar en los índices de protocolo y del Conservador posibles contratos e inscripciones en los que aparecieran mi bisabuelo Acuña, mi abuelo o tíos abuelos, y finalmente solicitar copias de los antecedentes primitivos que ya poseía sobre la hijuela de 80 hectáreas en la Colonia Nuevo Transvaal, y de sitios en el pueblo de Gorbea. La revisión de índices no arrojó más resultados, por lo que solicité fotocopias de una escritura pública de Concesión y de inscripciones en el Registro de Propiedad. Los documentos me serían entregados a las cinco de la tarde, por lo que me dediqué a recorrer la costanera y tomar algunas imágenes fotográficas de esa antigua ciudad, la que ahora, convertida en la capital de la nueva Región de los Ríos, también cuenta con edificios más modernos.

El mercado fluvial, con sus productos de origen marítimo, fue mi primer destino. Los caracterísiticos lobos marinos en espera de los desechos que son eliminados desde las pescaderías son un espectáculo aparte, además de las innumerables aves que también se disputan los trozos de pescado: gaviotas, gaviotines, cormoranes.

La caminata me transportó por el sector en el que se ofrecen tours por el río, de distintos precios dependiendo de la clase de servicio y categoría de las motonaves.

En el caminar que me alejó de la costanera, hallé el lugar en que estuvo la casa en la que nació Fray Camilo Henríquez, el creador del primer periódico nacional, sitio ocupado hoy por un juzgado. A unos pocos metros de allí está otro de los torreones que conformaban el primitivo sistema de defensa amurallado de la colonial ciudad de Valdivia.

Bajo la persistente llovizna me encaminé hacia la plaza de armas, para ir a almorzar a un buen restaurante que he visitado en varias oportunidades y que conocí hace dos años con mi hermano. Después de haber degustado la colación, me dirigí hacia el nuevo centro comercial que posee la ciudad, el que es una repetición de todos los llamados "mall" que existen en el país. Allí "hice tiempo" y me refugié de la lluvia, hasta que ésta amainó.

Una vista desde el segundo nivel del mall de Valdivia

Entonces salí al aire libre y me encaminé hacia la oficina del Conservador de Bienes Raíces, siendo casi las cinco de la tarde. Retiré mis documentos y comencé mi regreso hacia el terminal de buses. La lluvia continuó, pero aquello no fue obstáculo para lograr mi objetivo de recopilar más antecedentes sobre mis ancestros. El resto del tiempo lo pasé en el interior del terminal de buses, desde el que a las seis de la tarde emprendí mi regreso a mis tierras, en Araucanía.

sábado, 17 de enero de 2009

Registro Civil de Chile

Un papel importante en la búsqueda de información sobre la familia lo cumple el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile. Según su página web, aquel Servicio nos informa de lo siguiente: "En julio de 1884, bajo el Gobierno de Don Domingo Santa María y con Don José Manuel Balmaceda como Ministro del Interior, se publica la Ley sobre Registro Civil. Con ella se crea el cargo de Oficial de Registro Civil, a quien se le encomienda llevar por duplicado el Registro de Nacimientos, el Registro de Matrimonios y el Registro de Defunciones. En esos libros quedan plasmados los datos de estos tres sucesos fundamentales que se relacionan con la constitución legal de la familia. "

Imágenes de mi matrimonio en la oficina del Registro Civil de Viña del Mar

Se podrán hallar las actuales oficinas que posee el Registro Civil a través de todo el país, aquí.

Aunque con fecha 1 de enero del año 1885 comienzan a funcionar en todo el país las primeras oficinas del Registro Civil, a cargo de un Oficial Civil, no todas las localidades tuvieron una al mismo tiempo. Algunas poblaciones de la época sólo tuvieron acceso a una oficina local hasta una década después, o aún más tarde. En el caso particular de la ciudad en la que resido, Temuco, la oficina se creó en el año 1886, y a ella debían acudir todos los residentes de la zona comprendida dentro de su jurisdicción en el Departamento, llamada Circunscripción. Así es como he hallado en el microfilm que contiene los registros de Nacimientos, Matrimonios y Defunciones practicadas en Temuco, la declaración de aquellos acontecimientos vitales, para los habitantes que vivían en el territorio comprendido desde la zona de Lautaro por el Norte y hasta Freire, ya que el río Toltén, en el caso de esta última localidad, era el límite Sur de la antigua Provincia de Cautín con la de Valdivia. Este descubrimiento puede servir a alguien que desee investigar sobre sus ancestros, como yo, que me enteré que mi bisabuelo que residía en la población de Victoria, (hoy una ciudad) tuvo que ir hasta la localidad de Angol, en marzo del año 1887, para inscribir el nacimiento de una de sus hijas. Así sucedió nuevamente,cuando, en febrero del año 1889, tuvo que salir de Victoria, para inscribir a otra hija en la oficina del Registro Civil de Traiguén. Más tarde Victoria contaría con su propia oficina, y en ella fue inscrito el nacimiento de mi abuelo, en el año 1891.

Un caso particular e interesante, por lo histórico, es que la antigua oficina de la localidad de Toltén data del año 1885. La explicación la otorga el siguiente antecedente, extraído de la bitácora de Gustave Verniory (abril del año 1895), tantas veces citado en este blog:

"Dejando a nuestro guía en Pitrufquén, tomamos al día sigiente el camino que por la orilla izquierda del río Toltén conduce a la ciudad del mismo nonbre. Después de unos veinte kilómetros de marcha, vadeamos el Donquil cerca de su confluencia con el río Toltén. Desde allí y a lo largo de unos doce kilómetros aproximadamente, el camino es bastante bueno y los terrenos excelentes. Debemos cruzar entonces los cerros Consuhué, de difícil travesía. Continuamos luego por un camino francamente malo que atraviesa bosques y praderas de inferior calidad hasta Toltén. Hemos recorrido una etapa de sesenta kilómetros. A partir de la confluencia del Donquil, el Toltén es navegable. Su curso mal indicado en la carta, deberá ser relevado más cuidadosamente, si este río debe formar el límite de nuestros terrenos - un proyecto fallido para colonizar con ciudadanos belgas - . El Donquil puede ser remontado en bote en cierto trecho, y podrá servir, en todo caso, para llevar la madera a flote. Toltén es un lugar casi muerto. Puede contar con unos 300 habitantes. Hace veinte años era una pequeña ciudad de cierta importancia, sede de una gobernación y de una guarnición, que han sido suprimidas. Se ven buenas casas enteramente abandonadas. El pueblo de Toltén está a nueve kilómetros de la desembocadura del río. Habría llegado a ser un puerto importante si no fuera por la barra que es muy mala. Los vaporcitos de cabotaje entre Valdivia y Talcahuano tocaban antes en Toltén, pero debían pasar a veces varios días en el mar frente a la barra, esperando una oportunidad de franquearla."

Para quienes deseen conocer los años de creación de algunas de las oficinas del Registro Civil en la Araucanía, aquí dejo un listado alfabético de ellas:

  • Angol: 1885
  • Bajo Imperial (Puerto Saavedra): 1895
  • Carahue: 1900
  • Chol Chol: 1900
  • Collipulli: 1887
  • Cunco: 1913
  • Curacautín: 1897
  • Ercilla: 1896
  • Freire: 1918
  • Galvarino: 1909
  • Gorbea: 1908
  • Lautaro: 1894
  • Lisperguer (Pitrufquén): 1896
  • Loncoche: 1910
  • Lonquimay: 1909
  • Los Sauces: 1894
  • Lumaco: 1887
  • Nehuentúe (Tirúa - Trovolhue): 1895
  • Nueva Imperial: 1887
  • Perquenco: 1900
  • Pitrufquén: 1896
  • Puerto Saavedra: 1899
  • Puerto Saavedra (Tirúa): 1895
  • Purén: 1894
  • Renaico: 1895
  • Selva Oscura: 1910
  • Temuco: 1886
  • Toltén: 1885
  • Traiguén: 1886
  • Victoria: 1889
  • Villarrica: 1908

Hay que hacerle caso a las "tincadas"

"Tincada: intuición, presentimiento." Éso es lo que tuve, o que me ocurrió, en la noche del domingo 11 de enero reciente: tuve una "tincada". Acercándose el final de mis dos semanas de vacaciones, tenía deseos de ir nuevamente a Gorbea en un día hábil para utilizar los servicios del Centro Cultural de aquella localidad, ya que en la anterior ocasión fui en un día sábado, y estaba cerrado. El guardia de la estación de ferrocarriles de Gorbea me había señalado que allí podría hallar algo de información sobre la historia de aquella población. Como mi interés es encontrar también la historia de mis ancestros, durante su paso y residencia en Araucanía en el siglo diecinueve, pensé en visitar también la oficina del Registro Civil de Gorbea; así, posiblemente, podría también tener antecedentes sobre probables matrimonios, nacimientos y defunciones ocurridos allí. Mientras pensaba en esta posibilidad, vino a mi mente el nombre de "Pitrufquén". Ya había visitado esa ciudad y más específicamente la oficina de su Conservador de Bienes Raíces, para ver lo ocurrido con la hijuela en la "Colonia Nuevo Transvaal" que mi bisabuelo recibió del Fisco y en la que estabado radicado con su familia desde el mes de noviembre del año 1903. Una "tincada" me señaló que debería volver a Pitrufquén, pero ahora debería concurrir a la oficina del Registro Civil. Así lo hice. En la mañana del día lunes 12 de enero pasado, me levanté decidido de ir primero a Pitrufquén y luego, desde allí, viajar a Gorbea.

En los libros índices de inscripciones del Registro Civil de Pitrufquén, oficina que fue creada en el año 1896, para mi agradable sorpresa hallé antecedentes totalmente desconocidos para mí: los matrimonios de dos tíos abuelos, Domingo Aguilera Lagos (hermano de mi abuela paterna) y Francisco Javier Acuña Navarrete (hermano mayor de mi abuelo paterno); además, los nacimientos y defunciones de hijos de los matrimonios, hasta el año 1908. En especial, me alegró mucho el saber más acerca de Francisco Javier Acuña, ya que no sabía qué había acontecido con él. De mi tío abuelo Domingo algo ya sabía desde hace unos meses atrás, tras haber encontrado, sin buscarlo, su defunción en la ciudad de Carahue. Tomé nota de todo lo que había en los viejos libros índices, varios de ellos incompletos o con trozos faltantes, especialmente en la letra "A" como siempre acontece. Desde la oficina del Registro Civil, ubicada en el edificio de la Municipalidad de Pitrufquén, me encaminé por la plaza de armas hacia el paradero de los minibuses para viajar hasta mi próximo destino: Gorbea.

Acceso Norte a Gorbea, por Avenida O'Higgins, ex Carretera Panamericana Sur

Gorbea es un pueblo que tiene una municipalidad y es cabecera de la comuna que lleva su nombre, siendo su población urbana de poco más de 9400 habitantes. Desde varios sectores es posible apreciar el majestuoso cerro Maulén, aún con bosque nativo. El Registro Civil , creado aquí en el año 1908, está ubicado en calle Ramón Freire, casi al llegar a calle Andrés Bello, en el conjunto de oficinas de los Servicios Públicos: Municipalidad, Correo, etc.

Llegué cerca de mediodía, ya que la sirena de la Compañía de Bomberos anunció las doce del día, sorprendiéndome en espera de mi turno para ser atendido por la funcionaria del Registro Civil. La revisión de los deteriorados, incompletos y hasta horrorosamente truncos libros índices siguieron arrojando nombres de descendientes de mis tíos abuelos, lamentablemente varios de ellos fallecidos. No podré saber toda la historia vital de mis antepasados, por el estado de aquellos libros y, espero poder hallar algo más con la revisión de microfilms en el Centro de Historia Familiar, aunque no siempre se microfilmó mas allá de los registros del año 1903. Éste será un nuevo desafío...

Visité también el Centro Cultural, en el que hay una biblioteca. Allí me facilitaron dos cuadernillos que son publicaciones conteniendo historia de aquella localidad en que residieron mis bisabuelos, hacia el fin de sus vidas, también mi abuelo José y mis tíos abuelos ya mencionados. Encontré suficientes antecedentes como para enterarme de la corta vida de Gorbea, fundada oficialmente por Decreto Supremo número 924 del 29 de abril del año 1904, de su relación con los colonos y con el ferrocarril para sacar su inmensa producción de maderas, y productos agrícolas. Además, me enteré del aporte que hicieron personajes destacados, como el Presbítero José Agustín Gómez, quien llegó a vivir y a prestar servicio caritativo en la comunidad gorbeana, por lo que fue un hombre muy querido, falleciendo allí en el año 1906, debiendo haber sido una influencia para mis antepasados.

Centro Cultural Municipal de Gorbea

Presbítero José Agustín Gómez

La primitiva estación de ferrocarriles de Gorbea
Los restos de la que fue una activa bodega en la estación ferroviaria

Al culminar mi visita a la localidad de Gorbea fui a visitar el Cementerio local. Después de una hora y media de búsqueda abandoné el intento de ubicar sepulturas pertenecientes a mis familiares, ya que son poquísimas las que muestran lápidas de principios del siglo veinte, y existen muchas sin lápidas o identificación de las personas sepultadas allí, todas en el sector más antiguo del campo santo.

Placa en el muro de la fachada, acceso al Cementerio

Interior del Cementerio. Al fondo se ve el Cerro Maulén

Antes de retirarme del pueblo, casi a las seis de la tarde, y ya habiendo recorrido diversos sectores, busqué con mi "plano" de Gorbea, aunque es una copia parcial, el sitio número 8 de la manzana 26, que fue otra de las tres propiedades que mi bisabuelo tuvo en el pueblo, en la esquina Nor Oriente de la intersección de calles Arturo Prat con Ramón Freire, en la que hoy se encuentra una casa habitación más moderna y no demasiado antigua. Por la misma calle Arturo Prat, y casi frente al sitio señalado, está el otro inmueble que perteneció a mi bisabuelo: el sitio cinco de la manzana veintiocho.

Sitio 8 de la manzana 26


Así fue como una "tincada" me ayudó a reconstruir otra porción de la historia extraviada de mis ancestros en Araucanía. En realidad, yo sé que estas percepciones han venido como una ayuda Divina, ya que estoy dedicado a lo que llamo la "Redención de mis ancestros", y me ha sido un bálsamo y una terapia espiritual en la dura etapa de mi vida en la que me encuentro desde hacen cuatro años.

lunes, 12 de enero de 2009

¡Victoria!

El pasado viernes nueve de enero, a las 10:30 horas, con dos de mis hijas, partí en bus rumbo a la ciudad de Victoria. Motivación: visitar la oficina del Registro Civil, creada en el año 1889, y la Notaría, que data desde el año 1894. Ambos servicios deberían proveerme alguna información sobre mis bisabuelos paternos y sus descendientes.

El Registro Civil de Victoria se ubica en el mismo edificio de la Municipalidad, en calle General Lagos número 680, frente a la Plaza de Armas (Plaza José Manuel Balmaceda). Esperé pacientemente en la fila mi turno para solicitar los libros índices, tras lo cual la funcionaria me fue facilitando sucesivamente los de matrimonios, de nacimientos y de defunciones. Me ayudó en la búsqueda de nombres mi hija mayor, con quien, tras una minuciosa búsqueda, con pena hallamos la inscripción de la defunción de Trinidad del Carmen Acuña Navarrete, acaecida en el año 1891, dos años después de su nacimiento, y en el mismo año en que mi abuelo José nació. No hallamos más información en el Registro Civil, muy posiblemente porque mis bisabuelos se mudaron a vivir a Temuco en el año 1893, una vez llegado el ferrocarril a esta ciudad (el 1° de enero de aquel año, aunque faltando concluir muchas obras aún).

Victoria, hacia fines del siglo XIX. Al fondo se observa el puente sobre el río Traiguén

Antes de retirarnos desde el edificio municipal, consulté en la oficina de informaciones acerca de hacia dónde encaminarnos para llegar a la estación de ferrocarriles, y si había algún museo o centro cultural que mostrara la historia de la ciudad. Fue una pena enterarnos que aquella antigua localidad no posea un museo, con la historia de la colonización y de la llegada del ferrocarril desde Collipulli, en el año 1890. Caminando por calle Pisagua, y hacia el Sur, accedimos a la estación de ferrocarriles y a los nostálgicos "aires" ferroviarios.

Estación de ferrocarriles
Desde aquel lugar, en el año 1893, mis bisabuelos Acuña Navarrete, con sus hijos Ercira, de 12 años de edad, Francisco Javier, de unos 10 años de edad, y el pequeño José de la Cruz Segundo, con apenas 2 años, embarcaron sus pertenencias rumbo al sur, a Temuco, abandonando así aquel pueblo que les recibió desde aproximadamente el año 1884, y que vio nacer y morir a otras pequeñas criaturas que habían sido integrantres de aquella familia.
Estación Victoria a principios de los 1900

Victoria también estuvo relacionado con el trabajo de mi padre, ya que él, aproximadamente entre los años 1973 a 1974 residió allí, debido a su asignación de trabajo como maquinista en el ramal cordillerano de Lonquimay. Quisimos conocer los restos de la antigua Casa de Máquinas, desde donde mi padre debió extraer las locomotoras que operó en el mencionado ramal.

Antigua imagen de los restos de la Casa de Máquinas de Victoria

Tren mixto en el valle de Lonquimay
Estación Sierra Nevada. Fotografía de alrededor del año 1973 o 1974

Un guardia de la estación nos informó que lo único que quedaba de la casa de Máquinas era la tornamesa, y que el resto fue demolido para construir el hangar que contiene hoy el taller de mantenimiento del fallido tren de Victoria a Puerto Montt, hoy operando sólo hasta la ciudad de Temuco. Quise ir al lugar, al sur de la estación, al que llegamos caminando por la vía férrea. Al llegar a las instalaciones no fue posible ubicar al jefe de taller, ya que no se encontraba en el lugar, por lo cual no tuve autorización para fotografiarme en la tornamesa que mi padre tan bien conoció en el pasado. Regresamos al centro de la ciudad caminando bajo un sol abrasador, almorzamos y luego hicimos tiempo bajo la sombra de los árboles de la plaza de armas, en espera de la hora de apertura de la oficina de la Notaría. Mientras tomaba una foto a mis hijas, me percaté de un detalle. La imagen del "quiosco" de la plaza me fue familiar. Le tomé una fotografía para compararla con una antigua foto en blanco y negro que apareció hace un año atrás en el revelado de viejos negativos que mi padre tenía guardados. En aquella fotografía aparece un grupo de hombres posando en una plaza, la que no logré identificar, hasta que comparé la imagen que tomé con la que mi padre tenía guardada en un viejo negativo de película en blanco y negro: ¡era aquella misma plaza! Los hombres de la foto debieron ser ferroviarios, compañeros de mi padre...

Una vez llegada la hora de apertura de la Notaría, nos dirigimos hasta allí. La oficina queda a media cuadra al norte de la plaza de armas, por Avenida Confederación Suiza. Siendo las quince horas un funcionario procedió a abrir el local de la Notaría e hicimos ingreso; fue atendido en primer lugar un cliente que había llegado antes que nosotros.

Luego solicité ver los libros índices de inscripciones y del protocolo de instrumentos públicos, desde el año 1894 y hasta el año 1905. Sólo encontré, a Fojas 81 N° 181 del año 1905, la reinscripción del título de dominio sobre el sitio siete de la manzana veintinueve de Victoria, primitivamente registrado en el Conservador de Bienes Raíces de Traiguén, según da cuenta el Registro de Propiedad hoy guardado en el Archivo Regional de la Araucanía, en la ciudad de Temuco. Solicité una copia autorizada de dicha inscripción,y, con la ayuda de un plano que adornaba una pared de la oficina, identifiqué el lugar correspondiente a las indicaciones de la inscripción, el que se encuentra a sólo una cuadra y media de la Notaría, por calle Calama. Al llegar a las coordenadas, encontré que la propiedad que perteneció a mi bisabuelo hoy día forma parte de los terrenos del "Liceo Jorge Alessandri".

Parte de la reinscripción del título de dominio del inmueble en que residió mi bisabuelo

Calle Calama, pasada calle Urrutia. El sitio de mi bisabuelo quedaría al lado del edificio de dos pisos.

Una vez culminada esta diligencia, caminamos de regreso hacia la estación de ferrocarriles en donde esperamos la llegada del automotor que saldría hacia la ciudad de Temuco.


Una vez abordo, volví a disfrutar del recuerdo de las viejas estaciones o paraderos de Púa, Perquenco, Quillem, Lautaro, Lautaro Centro (un nuevo paradero), y Pillanlelbún, para más tarde pasar de largo por la olvidada estación Cajón, culminando el viaje una hora y veinte minutos más tarde en la ciudad capital de la Región de la Araucanía, Temuco.

Estación Púa
Locomotora abandonada en Púa

En estación Temuco

Como resultado de este viaje, otuve una gran satisfacción al traerme desde la ciudad de Victoria información que me ayudará a proseguir con la redacción de la historia de mi familia.